"Sea un trozo de incauto dolor profundo"
LA PRISIÓN DE LA LIBERTAD
La vasta habitación. No hay ventanas, ni puertas...ni paredes, ni techos. Y en su centro, tú.
Se extiende bajo tus pies un mundo para tí en blanco.
Y en tu mano, un lapicero.
¿Por dónde vas a empezar?
Caminas pensando. Das vueltas y vueltas en círculos.
No hay ningún punto de referencia. No sabes donde empezaste, así que te sientas y observas.
¿Por dónde vas a empezar?
Dibujarás un enorme jardín encajado en el valle de una montaña, y un oscuro bosque en su ladera, y un río de aguas claras que lo bordeará, y un puente que lo cruce, hasta llegar al jardín.
Y un camino que se perderá en el horizonte, y una casa, y más allá un pùeblo, y aún más allá una ciudad.
Y a Sol para iluminar tu jardín de día, y a Luna para dar luz a tus noches.
Acabado el trabajo, te sientas en el punto más alto de tu montaña. Observas tu mundo, y duermes.
Pasas tus días y tus noches recorriendo tu tapiz. Mejorándolo aquí y allà, borrando y rectificando los trazos.
Y cuando ya crees que no lo puedes hacer mejor, decides continuar, más allá del camino y de la ciudad.
Harás una costa y un mar bravo, y una pequeña isla en él, y una larga playa y una alta cordillera que la corone, y un cielo azul para tus días, y un telón negro de estrellas para tus noches.
Acabado el trabajo, te sientas en tu playa, y duermes.
Sigues merodeando por tu mundo en blanco, lo sigues mejorando, y ensanchando y alargando.
Y renovando.
Y cuando crees que no lo puedes hacer mejor, sigues creando más, y más; más allá de tus costas, de tus montañas, de tus caminos y tus ciudades.
Y sigues observando, y durmiendo una vez acabado el trabajo.
Pasan los dias y se va acabando tu lapicero, aunque tú no reparas en ello hasta hecho el último trazo,cuando observas y duermes. Y al llegar el día no puedes hacer más que vagar por tu mundo, y lo observas, y lo recorres. Ya no puedes retocarlo, ni renovarlo, y las flores de tu jardín se marchitan, y tu rio se seca, y tu montaña se convierte en polvo, y se va borrando tu camino.
Tu mundo, aquí y allà, vuelve a tener agujeros blancos. Y todo tu trabajo: papel mojado.
Y tu casa se derrumba, y tu pueblo desaparece, y se borran las costas.
Y observas como todo se disuelve, y duermes.
Y al despertar, te encuentras en un mundo de borrones y de garabatos.
Y es entonces, cuando todo se rompe, que te das cuenta que todo lo que habías hecho no valía, no contaba, era efímero.
Es ahora cuando te das cuenta que estás
solo.